Una de las principales barreras para acceder o continuar la educación superior es la cuestión de las finanzas personales. Si bien los prestamistas privados ofrecen préstamos estudiantiles, a menudo van acompañados de altas tasas de interés, lo que puede disuadir a los posibles solicitantes. Algunos Estados miembros de la UE han introducido sus propios regímenes nacionales de financiación generosos para hacer frente a este reto. Sin embargo, en aras de promover la integración en la UE y garantizar la igualdad de oportunidades para los futuros estudiantes en todos los Estados miembros, la implementación de un programa unificado de préstamos estudiantiles en toda la UE sería excelente. Dado que estos préstamos generalmente se reembolsarían (aunque sin intereses), el impacto a largo plazo en el presupuesto de la UE sería mínimo. Al mismo tiempo, esta iniciativa permitiría a la UE promover una imagen positiva entre los jóvenes ofreciéndoles oportunidades significativas.