Juntos, los organismos públicos europeos pagan miles de millones en derechos de licencia por sus dependencias de software en productos estándar como Microsoft Office. Un pequeño porcentaje de ese dinero público gastado debería diseñarse para promover el desarrollo de sus retadores del mercado de código abierto, por ejemplo Libreoffice de la Fundación de Documentos con sede en Berlín. Cuando la administración pague 200 millones de euros por sus tarifas de licencia, también diseñará 4 millones de euros (2%) para promover el desarrollo de los retadores de código abierto. La inversión estratégica en retadores dará sus frutos a medida que las dependencias de software no cuestionadas se traduzcan en aumentos de precios de dos dígitos anuales en la adquisición (ver también el aumento de Vmware de las tarifas de licencia).