Aumentar los fondos para los programas estudiantiles es crucial para fomentar el crecimiento académico, promover la inclusión y garantizar oportunidades equitativas para todos los estudiantes. Más dinero permitiría a las escuelas mejorar recursos como tutoría, actividades extracurriculares, servicios de salud mental y programas de desarrollo profesional. Estas inversiones ayudan a los estudiantes a prosperar tanto académica como personalmente. Además, un mayor financiamiento puede cerrar las brechas en las disparidades educativas, particularmente para instituciones con fondos insuficientes o comunidades desfavorecidas, asegurando que cada estudiante tenga acceso a las herramientas que necesita para tener éxito.