La educación enfrenta graves problemas, como la caída del nivel académico, el aumento de la ansiedad y la mala gestión emocional, así como el abandono escolar y el ciberacoso. Estos fenómenos están relacionados con el uso excesivo de redes sociales, que afecta la atención y el bienestar de los jóvenes. La UE debe proteger a las nuevas generaciones, ya que son clave para un futuro mejor.

Según los artículos 6 y 165 del TFUE, la UE no puede legislar directamente en educación, pero sí impulsar medidas de apoyo y coordinación, como demuestra el programa Erasmus+. En esta línea, el proyecto Wellbeing and Mental Health at School for Policymakers ya ofrece recomendaciones sobre salud mental.

Por ello, se propone la creación de un fondo económico en el presupuesto 2028-2034 para financiar programas de mindfulness y gestión emocional en las escuelas. Esta iniciativa incluiría el desarrollo de materiales pedagógicos, la formación del profesorado, la realización de sesiones periódicas en los centros educativos y la evaluación de los resultados. Experiencias previas en EE.UU. han demostrado que estos programas son efectivos para mejorar la atención, reducir el estrés y disminuir el abandono escolar.

Esta iniciativa reforzaría los valores del artículo 2 del TUE y el derecho a la educación del artículo 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales. Instamos a la UE a incluirla en el presupuesto 2028-2034, ya que invertir en el bienestar de los jóvenes es invertir en el futuro de Europa.