Si los paneles de ciudadanos son una buena solución para garantizar la representatividad de la población europea en los procesos de consulta, creo que sería beneficioso tener al mismo tiempo un momento específico de intercambio con poblaciones con menos oportunidades, que a veces están menos politizadas y se sienten excluidas del debate político. Por ejemplo, mi padre trabaja en una misión local joven cuyo objetivo es ayudar a los jóvenes que no tienen empleo y que no estudian a integrarse en el mercado laboral conectándolos con empresas del tejido local, ayudándoles a obtener las calificaciones necesarias o pensando en sus proyectos futuros. Poder hablar con estos jóvenes es crucial para la estrategia porque son ellos los que necesitan más ayuda de la UE (Garantía Juvenil, FSE, etc.). Recopilar sus puntos de vista sobre sus necesidades diarias, lo que esperan de la UE y las claves de acciones concretas es necesario para integrar el concepto de justicia intergeneracional de la manera más eficaz posible es construir una Europa de proximidad.