La justicia intergeneracional no puede ser joven contra viejo o viejo contra joven. Y a menudo los grupos de edad en el medio se olvidan. El objetivo debe ser preservar una Europa que valga la pena vivir para todos. La justicia intergeneracional debe centrarse en las oportunidades que brinda el aumento de la esperanza de vida y tomar medidas para utilizar los años ganados, individualmente y para la comunidad. Especialmente en las áreas de movilidad, planificación urbana y municipal, los intereses de los niños y jóvenes son a menudo muy similares a los de las personas mayores, por ejemplo, en la accesibilidad de los destinos en transporte público o una buena infraestructura de senderos, centros comerciales descentralizados, zonas para quedarse y reunirse. Y la generación de sándwiches tiene que ser sacada de la rueda del hámster. No debe caer directamente de la crianza de los hijos al cuidado de la generación mayor. Las mujeres, en particular, sufren la injusta distribución del trabajo asistencial a lo largo de toda la vida. La justicia generacional también significa la igualdad de género y el reconocimiento del trabajo asistencial como una contribución esencial a una sociedad que funcione y se base en la solidaridad.