Creo que desde su intuición y aplicación, la política del Pacto Verde Europeo, en diciembre de 2019, ha trazado una frontera importante y clara entre una economía basada principalmente en hidrocarburos fósiles y una economía basada en la adopción de combustibles de origen renovable. La Comunidad Europea se ha fijado por primera vez, con autoridad mundial, el objetivo de lograr cero emisiones netas en 2050. Esto será posible a través del desarrollo de una economía basada en hidrógeno limpio. Para que esto suceda, tendremos que eliminar la gran debilidad de los sistemas de energía de hidrógeno, la seguridad del almacenamiento, de este maravilloso portador de energía. Entre las soluciones de época, hay almacenamiento de estado sólido que se basa en nanotecnologías, materiales avanzados y fotónica. Este modo de almacenamiento garantiza altas densidades de energía tanto en proporciones gravimétricas como volumétricas, lo que garantiza estándares de seguridad muy altos. Por lo tanto, la inversión y la investigación deben canalizarse hacia este objetivo concreto.