La Unión Europea necesita un presupuesto que se ajuste a sus ambiciones y apoye sus objetivos estratégicos. A medida que crecen los desafíos mundiales, Europa debe invertir en innovación, sostenibilidad y seguridad para mantener su liderazgo. Un presupuesto bien estructurado garantiza la financiación de prioridades clave como la transición ecológica, la transformación digital y la resiliencia económica. Un presupuesto con visión de futuro faculta a la UE para actuar con decisión en cuestiones mundiales, desde el cambio climático hasta la estabilidad geopolítica. Refuerza las industrias europeas, fomenta la investigación y apoya a las regiones necesitadas, garantizando una economía equilibrada y competitiva. Para lograrlo, debemos repensar los marcos presupuestarios, aumentar la eficiencia y explorar nuevos mecanismos de financiación. Los Estados Miembros deben colaborar para asegurar recursos adecuados, manteniendo al mismo tiempo la responsabilidad financiera. Un presupuesto sólido y ambicioso no es solo una herramienta financiera, es una declaración de la visión de Europa para el futuro. Con las inversiones adecuadas, la UE puede seguir siendo un líder mundial, proteger sus valores y ofrecer prosperidad a todos los ciudadanos.