En mi país, después del período Covid, la gente está enojada. No hay sentido común y equilibrio en las relaciones humanas. Todo es motivo de disputa y amenaza incluso por razones triviales. La gente no entiende y no sabe cuáles son sus deberes, derechos y responsabilidades. Esto significa no saber cómo medir con equilibrio y equidad en las relaciones. La escuela no entrena a las generaciones de esta manera. Necesita un proyecto que invite e involucre a los ciudadanos a través de la educación cívica para capacitar a nuevas generaciones responsables que conozcan cuáles son sus derechos y deberes y que respeten a las personas. Como joven abogado de la Unión Europea, me propongo este proyecto con el apoyo de la UE basado en el respeto de las personas, la igualdad, la libertad, la solidaridad y proporcionando los fundamentos del Derecho nacional e internacional para formar a ciudadanos responsables, capaces e integrados en los valores de la UE.